Autor del artículo: Abigail Calderón
Fecha de publicación: 02 Septiembre 2024
Palabras clave: Moda, Sostenibilidad, Emisiones, British Fashion Council, Fast Fashion, Justicia Climática, Medio Ambiente.
Un estudio reciente de Collective Fashion Justice (CFJ) ha revelado una notable falta de compromiso real con la reducción de emisiones contaminantes entre las marcas de moda británicas. A pesar de que muchas de estas empresas son miembros del British Fashion Council, solo el 3.39% han establecido objetivos públicos para disminuir sus emisiones, y apenas el 2.4% tienen objetivos que se alinean con el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global a menos de 1.5°C. Las marcas que han comunicado sus objetivos climáticos incluyen a Rixo, Mulberry, Margaret Howell, Kyle Ho, Holzweiler, Coco de Mer y Burberry, aunque solo algunas de ellas han basado sus objetivos en criterios científicos.
El CFJ ha decidido publicar estos hallazgos justo antes de la Semana de la Moda de Londres para presionar a la industria a implementar cambios significativos. El estudio también subraya la necesidad de reducir las emisiones de la producción de materias primas, eliminar la dependencia de combustibles fósiles en las fábricas, adoptar un modelo de producción circular y garantizar que las operaciones respeten los límites ambientales del planeta.
La situación se complica con el aumento continuo en la producción de ropa, mientras que las instalaciones de reciclaje en el Reino Unido han alcanzado su capacidad máxima, lo que pone en riesgo la eficacia del reciclaje. La proyección de un aumento del 63% en el consumo de ropa para 2030 y la venta esperada de 160 millones de toneladas de ropa para 2050 destaca una contradicción con los objetivos de sostenibilidad propuestos, evidenciando una clara disparidad entre la producción y la protección ambiental.
Apreciación personal:
El análisis de CFJ destaca una notable discrepancia entre las promesas de sostenibilidad de la moda británica y la realidad de sus prácticas. A pesar del apoyo del British Fashion Council y la creciente presión pública, la falta de metas claras y efectivas para reducir las emisiones, combinada con el aumento en la producción de ropa, pone de manifiesto una desconexión alarmante entre los compromisos anunciados y las acciones reales. Esta situación aumenta aún más la preocupación ambiental, dado el considerable impacto ecológico de la industria de la moda. Es crucial que el sector actúe con seriedad y rapidez para cumplir con sus compromisos medioambientales y asegurar un futuro más sostenible, abordando adecuadamente la crisis ambiental global.
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